LAS VIVIENDAS
No hemos encontrado antecedentes desde cuando existen las viviendas del Santuario, pues la primera prueba documental la tenemos el Las Descripciones del Cardenal Lorenzana, cuando el cura párroco de Villarrubia, D. Manuel Antonio de Castro, el 13 de julio de 1787, contesta al capítulo segundo del interrogatorio sobre Ermitas y Santuarios diciendo:
“…Tiene también otro santuario devotisimo llamado de Nuestra Señora de la Sierra, al poniente de la dicha villa dos leguas, donde ay perennemente un sacerdote o capellan puesto y dottado por el excelentisimo señor duque de Hijar, como patrono que es de dicho santuario, y este tan celebrado en todas estas inmediaciones que de trece villas en contorno, en el dia ocho de septiembre, concurren a ofrecer a esta santa imajen sus votos y adorazion, cantandola cada una de las trece villas, por sus mayordomos que se nombran todos los años, una misa solemne, dejando, asi estos como lo de estas y otras villas y lugares concurrentes a la festividad, suficientes limosnas. Todas trece villas tienen su avitacion separada sin mezclarse, con la suficiente grande y espaciosa que necesita esta de Villarrubia para sus mayordomos y la que ha menester para aloxar la justicia que concurre precisamente todos los años a nombre del excelentisimo señor duque de Hijar”.
Un testimonio de los derechos de propiedad que tenían y ejercían los representantes de las dichas trece villas lo tenemos que, en cierta ocasión, se dio la circunstancia de venir una representación de Villafranca de los Caballeros que tenía designada vivienda propia, y al estar ésta ocupada por algún romero de temporada, tuvo que desalojarla para ser ocupada por sus dueños. Bien es cierto que era fácil que esto ocurriera, pues al estar desocupadas la mayor parte del tiempo por la representación de sus dueños, eran aprovechadas por los romeros que las solicitaban, y así se obtenían algunos ingresos que contribuían a su mantenimiento.
Estas habitaciones propias de cada villa, antes de construirse las viviendas actuales, al parecer, estaban ubicadas en la edificación desaparecida que había dentro del recinto cercado del olivar en su extremo Este, próximo al actual parador. Edificación destinada posiblemente para albergar la comunidad de frailes de las órdenes religioso-militar que pasaron por aquí.
El número de viviendas y habitaciones que hay en la actualidad se distribuyen así:
- 3 Viviendas de 3 habitaciones y cuarto de aseo incorporado.
- 3 Viviendas de 2 habitaciones y cuarto de aseo incorporado.
- 6 Viviendas de 3 habitaciones y cuarto de aseo exterior.
- 3 Viviendas de 2 habitaciones y cuarto de aseo exterior.
- 1 Vivienda para Camareras, de 3 habitaciones, con cuarto de aseo exterior.
- 1 Vivienda para Santero, de 4 habitaciones, con cuarto de aseo exterior.
- 1 Salón para Juntas al lado de la vivienda de las camareras.
- 1 Salón para venta de recuerdos de la Virgen, con cuarto de aseo interior.
- 1 Habitación llamada “cuarto de los milagros” que se utiliza como almacén de utillaje y enseres.
- 1 Habitación habitualmente ocupada por la peña “Tomillo y Romero”.
- 1 Habitación para sacristía.
- 1 Habitación cocina todo servicio en el exterior.
La casa con corredores y galerías abiertas forman una edificación de dos plantas con viviendas en torno al bellísimo gran patio porticado cuadrado, de tipo solariego, con pies derechos, vigas y ménsulas de madera, en cuyas barandillas de la parte superior aparece repetida la Cruz de Malta. Desde este patio, por sendas escaleras se accede a la ermita y a las viviendas.